Después de una vida de trabajo cotidiano, decidimos, al jubilarnos, dejar la Gran Ciudad y acercarnos a vivir a un pequeño paraíso, cerca del mar. ¡Y qué mejor que en el mar Caribe!

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Con los hijos, que viven ya en otras latitudes, diseñamos un lugar donde fluya el aire, las ideas, encontrándonos con nuevas actividades, nuevas aventuras y nuevos desafíos. Desde el fondo del mar hasta la cima de las pirámides Mayas.

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Y esto nos gusta compartirlo con la gente que le entusiasma salir de lo ordinario, de la rutina de todos los días. Gente, que, como nosotros, se reencuentra con la naturaleza, en la comodidad de los departamentos Ki’imak Mahahual, en la Costa Maya.